domingo, 13 de outubro de 2019

TRAGEDIA DE LOS ANDES







TRAGEDIA DE LOS ANDES





El 13 de octubre DE 1972  
Accidente aéreo en la Cordillera de los Andes,
que inició una de las mayores hazañas de la humanidad.
Durante 72 días, los sobrevivientes
se enfrentaron a un clima hostil, a un alud
y a la difícil decisión de comer carne humana
en una incansable lucha por la vida.




Un avión de la Fuerza Aérea de Uruguay
que trasladaba al equipo uruguayo de rugby Old Christians
de Argentina a Chile se estrelló en la Cordillera de los Andes
en medio de una tormenta.
De los 40 pasajeros y cinco tripulantes,
murieron 13 en el accidente
y otros cuatro la mañana siguiente.




El resto comenzó la lucha por sobrevivir
en condiciones climáticas hostiles
temperaturas de entre -25 a -42 grados centígrados,
sin ropa adecuada, sin alimentos y sin saber dónde estaban.
Al décimo día se enteraron por una radio a pilas
que los equipos de rescate
habían abandonado la búsqueda. 




ADOLESCENTES





Adolescentes
La adolescencia es una etapa complicada




En cualquier época,
la adolescencia ha sido la etapa más conflictiva
en el desarrollo humano.
La adolescencia siempre ha sido una etapa complicada.
En ella dejamos atrás la infancia
y nos adentramos en la vida adulta.


Doble efecto
La adolescencia se ha hecho en nuestro tiempo 
especialmente complicada,
hemos podido comprobar que la adolescencia
solo aparece en los periódicos
por motivos desagradables:
el botellón, los actos de vandalismo,
el fracaso escolar, los embarazos adolescentes 
o la violencia en la escuela.



La situación real
¿Por qué este comportamiento
no provocaba la misma alarma social
que despierta hoy?
Porque esas alteraciones del orden
antiguamente se movían dentro
de una sociedad estable, ordenada y segura.
 Llegado el momento, los jóvenes
se integrarían en el mundo del trabajo.
Los adultos tenían la irrefutable certeza
de que esas escapadas juveniles eran transitorias.
Infancia abreviada
Hay, sin duda, algunos elementos nuevos.
El primero de ellos es que 
estamos abreviando la infancia 
y ampliando desmesuradamente la adolescencia.
Acabará comprendiendo desde los 10 a los 30 años,
fecha de independización de los jóvenes.
Comenzó hablándose de preadolescencia,
y ahora hablamos ya de pre-preadolescencia
y de una posadolescencia larguísima.
La infancia se está reduciendo
porque los niños tienen información no filtrada,
es decir, de adultos, a través
de los medios de comunicación.
La infancia ha dejado de ser una edad protegida,
y vive en un mundo hostil.



Flexibles y vulnerables
Algo parecido sucede a la adolescencia.
Se integra en un mundo manejado
por intereses adultos,
donde son manejados con mucha facilidad.
Por otra parte, las crisis familiares,
la aparición de familias mercuriales,
que se descomponen y recomponen,
están provocando una personalidad adolescente extraordinariamente flexible.
Nuestros adolescentes, pues,
son flexibles pero tienen pocos recursos
para defenderse del ambiente.
Son muy vulnerables



Sus valores
¿Cuáles son los valores de los adolescentes actuales?
Es un grupo demasiado numeroso para generalizar.
 Los hay que pasan de todo
y los hay que están muy comprometidos
con actividades solidarias.
Los hay que piensan que lo único importante
es el dinero, y los hay que tienen miras más altas.
Según las encuestas, valoran mucho la familia,
la fidelidad, la confianza.
No les interesa la política.
Están muy preocupados por su futuro laboral,
y la mayoría tiene la sensación de que no puede
influir en su futuro.Consejos para padres
En primer lugar,
que comprendan que están en un período
de independización inevitable y deseable,
y que deben dirigir ese proceso.
Los padres tienen que saber lo que es negociable
y lo que no es negociable.
Y con lo que no es negociable no se negocia,
pero con lo demás, sí.


Conspiración educativa
Otro consejo importante es que sepan
que la educación de sus hijos
no depende solo de ellos.
A partir de los 13 años,
la influencia de los padres es escasa.
El grupo toma el relevo. Por eso, los padres
deben buscar la colaboración de los profesores,
de otros padres, presionar para que la sociedad entera 
colabore en la educación de los adolescentes.
Todos somos educadores, por acción o por omisión. 
Favorecemos la mala educación 
cada vez que colaboramos en el éxito 
de programas de televisión
basura o cada vez que no protestamos
ante conductas violentas.

José Antonio Marina
Catedrático de Filosofía.
Experto en Teoría de la inteligencia.
Escritor